LA LEYENDA NUNCA MUERE

 

Título: Kiss Symphony - Alive IV - Grabado en: Melbourne, Australia en el Telstra Dome el 28 de febrero de 2003 – Producción: Mark Opitz – Director ejecutivo: Trevor Green – Promotor e Idea Original: Andrew McManus - Manager y administración: Doc McGhee - Dirección orquestal y arreglos: David Campbell – Músicos: Paul Stanley (voz y guitarra rítmica), Gene Simmons (voz y bajo), Peter Criss (voz y batería), Tommy Thayer (guitarra líder y coros), Melbourne Symphony Orchestra (60 elementos), Melbourne Ensamble Orquestra (8 elementos)  - Australian Children's Choir (en “Great Expectations”) - Fecha Edición CD: 22 de Julio 2003 – DVD: 4 de setiembre 2003 – Sello editor: KISS Records – Distribución: Sanctuary Records –  Edición Nacional: Compañía BMG – Fecha de Edición 17 de Octubre 2003

CERCA DEL EPITAFIO

El hecho más auspicioso que ofrece “Kiss Symphony – Alive IV” es que marca el retorno de KISS al mundo discográfico, y los pone nuevamente en carrera y en actividad cuando significativamente cumplen los 30 años de existencia.

Parecía que la banda resignaba su continuidad luego que Universal no les renovara contrato a fines del 2001, a su vez Gene Simmons estaba con proyectos vitales fuera del grupo y si a eso le sumamos la inconclusa estabilidad de la formación original; KISS, sin dudas, estaba acariciando su epitafio.

Por otro lado había quedado la promesa de un álbum póstumo anunciado con pompas durante más de tres años. Originalmente el  “Proyecto ALIVE IV” se trataba del concierto “de fin de milenio” que KISS realizó en Vancouver (Canadá), su edición fue promocionada durante el Farewell Tour y en varios medios se publicitó su portada. Más aún, el fantástico Box-Set cierra con una versión de “Rock and Roll All Nite” anunciada de las cintas de “Alive IV”. Sin embargo este ítem nunca vio la luz. Gene Simmons culpó al desacuerdo sufrido con  Universal y las faltas de garantías que presuponía renovar un contrato con una compañía que estaba en pleno proceso de saneamiento gerencial. Eso determinó que KISS se quedara sin sello discográfico.

Poco y nada proyectaron luego de esta situación. Durante un buen tiempo no hubo indicios de que Gene y Paul quisieran continuar con el legado, de hecho, ambos líderes anunciaron mucho tiempo después que se dedicarían a la composición de sus respectivos álbumes solistas, lo que daba la pauta que por primera vez dejarían “la sociedad KISS Co.” en un discreto segundo plano.

TRANSICIÓN SIN PROYECTOS

A todo esto, el destino no fue complaciente con KISS. Durante los dos últimos años la banda fue un barco sin timón. La alineación original estaba partida una vez más. Esporádicas y bochornosas apariciones con Tommy Thayer y Eric Singer ocupando los roles de Ace y Peter para lucirse en programas de TV de poca seriedad, sepultaron la credibilidad del grupo. La cuestión más preocupante para la KISS ARMY pasó a ser: qué cosa nueva podría ofrecerle hoy KISS al mundo de la música y, si eso “nuevo”, podría cautivar a las masas. Lo más que pudo ofrecer esa alineación fue el cover de “Do you remember rock and roll radio”, tributando a los Ramones en el álbum “We’re a happy family”. Pasada la novedad, el tema quedó en el olvido sin pena ni gloria. La banda hizo poco y nada para promocionarlo y para promocionarse.

En realidad, la banda hizo poco y nada en líneas generales. La mejor política fue dejar que el curso de los días transcurrieran sin anunciar ningún tipo de actividades.

Encerrados en su propia prisión del maquillaje, la alternativa de reaparecer sin ellos ya no es considerada. El argumento es obvio: después de 30 años, conservar los maquillajes tiene sabor a emblema y leyenda, y eso es una distinción que los hace únicos y atractivos en el descartable mundo del rock’n pop actual, pero también es cierto que los maquillajes sólo tienen lógica si se mantuviera vigente a la formación original. Y Gene y Paul lo saben mejor que nadie.

Por eso, durante este período de transición comenzaron sutilmente a imponer un nuevo principio para que la Kiss Army asumiera los cambios que se vendrían; la consigna pasó a ser: “los personajes son más importantes que las personas que lo representan”. Con esta nueva conciencia, es decir, creado el campo argumental ideológico, Ace y Peter pasaron a ser “bienes reemplazables”.

El trasfondo que se esconde tras este hecho no es otro que el económico. Pasado el impacto de la reunión, la banda ya no alcanzó esos fastuosos picos de ventas, y en este sentido Gene y Paul no quisieron quedar esclavos de las pretensiones comerciales que Ace y Peter exigían a la hora de renegociar su continuidad en la empresa “Stanley-Simmons”, sin mencionar que la dupla famosa tampoco quería resignar a sus altos porcentajes de ganancias brutas. La jugada más arriesgada fue reemplazar alternativamente a uno de ellos para abaratar los costos empresariales del grupo, y darle mayor expansión industrial a las inversiones de merchandise, la única división productiva que Kiss mantuvo con actividad itinerante.

A partir de esta política, tres nuevas alineaciones de KISS se dieron cita en el transcurso de estos tres años. Eric Singer con Ace Frehley en Marzo y Abril para los conciertos de Japón y Australia 2001,  Eric Singer con Tommy Thayer para presentaciones  promocionales en USA durante el 2002, y finalmente en la actualidad, Peter Criss con Tommy Thayer que por ahora conforman la nueva y última encarnación de KISS, (la novena oficialmente hablando). Luego de tantos cambios, será con esta nueva faceta corporativa que la banda decide sorprender a toda la comunidad kissera y discográfica al anunciar la salida de un nuevo álbum, oficialmente el número 36.

RESURRECCION

El puntapié inicial lo dio el promotor australiano Andrew McManus: “En el Farewell tour 2001, la presentación de KISS fue un suceso en Melbourne. Como promotor de aquel show quedé sorprendido por la cantidad de gente que concurrió  y en qué lapso se habían agotado las entradas en esa ciudad. Así que cuando les ofrecí esta propuesta sobre un show único y especial, a ellos les encantó y con buena predisposición llegamos a un buen acuerdo.”Sería la primera vez en la historia de KISS que se planifica un álbum y un show partiendo de alguien ajeno a la banda.

Los detalles acerca del show empezaron a tomar forma según lo adelantara Paul en la conferencia de prensa un par de meses antes: "lo que vamos a hacer es un concierto en tres partes. Verán muchos violines y mucha violencia. El plan es empezar como un show tradicional de KISS. Luego haremos un segmento unplugged, acompañados por un cuarteto o un quinteto de cuerdas. Después tomaremos un breve descanso y haremos el segmento final con toda la orquesta y todo KISS combinado".

En enero del 2003 también anunciaron tres shows estipulados en el Budokan de Tokyo y que en un par de semanas se agotaron, y el rumor de que cambiarían de imagen y vestimentas fue confirmado cuando Gene y Paul hicieron la publicidad de los Universal Orlando Resorts en el Hard Rock Hotel vistiendo los trajes de Alive! en homenaje a los 30 años. Una semana después anunciaron que su primer concierto americano en años iba a concretarse el 16 de marzo en el Casino Resorts de Las Vegas para un público selecto de 2000 afortunados fans que llegaron a pagar por Ebay la reventa de entradas a 800 dólares. Muy de a poco la banda empezaba a desperezarse y tomar finalmente la decisión de continuar en carrera. Para fines de Febrero, el apoteótico show del regreso de KISS a escena en Australia tuvo gran repercusión por todo el mundo. El retorno era un hecho tangible... real.

EL ALIVE SINFONICO POR DENTRO

El termino “Alive” (“En vivo”, “En directo”), tiene una connotación especial en KISS. Es ante todo la marca, el sello, el corazón histórico del grupo. Por tratarse de una agrupación que explota en un mismo nivel de intransigencia la parte visual como la musical, hace que la llama artística adquiera sentido por medio de sus presentaciones y conciertos.

Cuando Eddie Kramer produjo el primer “Alive”, el mérito más grande era haber depositado en un vinilo todas esas sensaciones visuales que caracterizaron la identidad artística de KISS, léase “explosiones”, “delirio de la audiencia”, “el glamour de los músicos en sus ejecuciones”, en definitiva: “lo teatral”; esa fue la clave o si se quiere el mérito trascendental de aquel diamante discográfico.

A casi 30 años de aquella epopeya, la aparición de “Kiss Symphony-Alive IV” estaría marcando un punto de ruptura con la tradición, ya que como en su mismo título lo dice, una  parte del álbum es “Alive” al estilo clásico, marcado por las primeras 6 canciones, y luego viene el compendio “Symphony” en las 16 restantes, lo cual pone el acento en lo estrictamente musical. En este aspecto, el aura que envuelve a la edición es que irrumpe en el momento en que la banda cumple sus 30 años de carrera y por más demagógico que parezca, las 21 canciones elegidas reflejan perfectamente todas las etapas que abarcó KISS a lo largo de su trayectoria. El Kiss de la etapa rockera glam de los 70’s está representada por temas  como “Strutter”, “Deuce” o “Let me Go”, el de la onda disco por “I was made for lovin’ you”, el de la fase melódica por “Beth”, el combo pop por “Shandi” , en la vena ‘80’s por “Lick it up” o “Forever”, el modernoso de los 90’s por “Psycho Circus” e incluso la etapa de los “90’s unplugged” también está evocada en una sección de cuatro temas en la que se destacan  “Goin’ Blind” y “Sure know something”.

Sin embargo el néctar esencial de esta producción es que el repertorio se centra fundamentalmente en el álbum “Destroyer”;  salvo por la ausencia de Flaming Youth y Sweet Pain, todas las canciones de “Destroyer” están desarrolladas en un paroxismo sinfónico de alto nivel. Son los temas que mejor y detallado tratamiento “clásico” han sufrido. Y no es casual que esto fuera así. Bob Ezrin fue el productor de aquel antológico álbum, pero además el que estructuró los arreglos musicales, basado en los convencionalismos del ensamble clásico, de hecho contiene muchas partes orquestadas o apoyadas por un trabajo estructurado de piano y cuerdas.

Abría que agregar el detalle que, hasta el día de hoy, Gene y Paul consideran a “Destroyer”  como el álbum que les abrió la cabeza, así que no es casual que el espíritu de este combo sinfónico esté basado en aquel antológico álbum. Gene Simmons lo recordaba de esta manera en “Goldmine”: “Destroyer es el álbum de KISS que lo tiene todo, vos no lo podés encasillar y decir que es sólo rock, también es clásico, es melódico, tiene temas de hard rock, y temas hits, es un disco sencillamente genial por donde lo mires”.

Por más obvio que parezca, el aspecto más destacado de “Kiss Symphony” son los arreglos orquestales dirigidos por David Campbell. El director “pop” que trabajó con Aeroesmith, Bon Jovi, Celine Dion entre otros y que había impactado a Paul Stanley cuando trajo las partituras orquestadas del tema “Nothing can Keep me from you” en menos de una semana; emprendió la desafiante tarea de escribir arreglos “sinfónicos” en la música lineal de hard rock del cuarteto neoyorquino, pero lo hizo bajo una consigna muy puntual: no exigir modificación, ni siquiera alguna alteración en la ejecución de las canciones por parte del grupo. Esto se puede apreciar en el documental del DVD Nº1 cuando Gene y Paul están en el estudio de Campbell escuchando una versión live de Black Diamond (dicho sea de paso con Eric Singer en voz)  con los arreglos orquestados que el director le sobreimprimió a la cinta para demostrarles cómo serían los arreglos. Esto es interesante ya que la tecnología prácticamente ha facilitado que el trabajo de orquestación sea preseteado y chequeado en horas de audición. En otra tramo del documental aparece Gene como sugiriendo el tipo de arreglo para Detroit Rock City, entonces el director Campbell pulsa unas teclas de la consola y el arreglo orquestal se modifica automáticamente. Una vez consentido todo el trabajo, el mismo programa computarizado permite la impresión de los arreglos en partituras. En fin, lo que nos interesa de todo este proceso es destacar que la banda aparece ejecutando como siempre, y la orquesta se acopla “detrás” como un “session man”, como en otras épocas pudo ser Gary Corbett empuñando los teclados en los temas de “Crazy Night” cuando los hacían en vivo.

En cuanto al aspecto creativo de los arreglos, hay aciertos muy locuaces en temas como “God of Thunder”, “Detroit Rock City” e incluso “Beth” que se esperaba como lo más predecible y que sin embargo presenta nuevos “adornos” pletóricos de un barroquismo muy interesante. En otras canciones, definitivamente la sinfónica aparece forzada, caso “Love Gun” o “ I was made” que tienen más sabor a un “sintetizador” que a un grupo de cámara de 60 elementos. No obstante la parte más jugosa, está contenida en “Great Expectations” que incluye un coro de chicos, y la serie de canciones “unplugged” (“Shandi”, “Goin’ blind”, “Sure know something” y “Forever”) que aparecen aggiornadas con un sexteto de violines, cellos y contrabajo, y que se elevan cualitativamente por sobre el conservadurismo general del cd..

 

PRODUCTOR HISTORICO, PRODUCCIÓN POLEMICA

 

Pasada esta primera impresión, el Alive IV se destaca por otra peculiaridad que seguramente transitará por la polémica; la elección de Mark Opitz en los controles de la producción y principal estratega de la ingeniería sónica del álbum. 

Para quienes no están al tanto, Mark Opitz es uno de los productores más populares de Australia que trabajó con grupos como INXS, the Divinyls, fue ingeniero de sonido de leyendas como AC/DC y formó parte del equipo de productores más prestigiosos del catálogo de Emi y Capitol, incluso se dedicó mucho tiempo en satisfacer la rama musical de la industria cinematográfica popular de su país.

En este sentido la elección de Opitz resultó obvia, un profesional que conoce la tradición de bandas pop y los artilugios musicales del espectáculo, y que para este Alive se complementa con KISS de modo visceral, consiguiendo grandes aciertos en cuanto al sonido de guitarras cargadas de ampulosidad y grooves definidos, pero diluye el aspecto principal del álbum: el lado orquestal. Opitz prefirió ubicar en un deliberado segundo plano el trabajo sinfónico. Por momentos este cuerpo de 60 integrantes tiende a sonar como un grupo de 10 elementos y en algunos pasajes hasta alguien que desconozca este trabajo podría preguntar “¿Quién está tocando los sintetizadores?”. Quizá, este marcado criterio “estético” de ubicar “alejada” a la Melbourne Symphony Orchestra haya sido pedida y evaluada por los mismos líderes de KISS, y que llamativamente no es así en la mezcla del DVD sino todo lo contrario, una aparición reforzada y con presencia. Esta sería una cuestión a dilucidar, por qué razón han encarado producciones diferentes para cada ítem.

Detalles al margen, la cuestión más polémica pasará –como siempre- por saber si es un “live” genuino o si no pudo escapar a los retoques y “segundas” pinceladas a la que Stanley Simmons suelen acudir. Para aquellos que han conseguido la previa versión bootleg o han participado del concierto, ya han dado su veredicto: el trabajo de voces ha sido sometido a un arduo trabajo de “albañilería”, reconstrucción milimétrica de muchas secciones corales nuevamente sobregrabadas y “reafinadas” con los famosos “protools”. Como siempre, las “audiencias” de los Alive de KISS están sobredimensionadas y este tampoco escapa a esa tradición “broadwayriana”. Pese a este dato, no reviste de gravedad saber que los errores han sido “corregidos”. Como siempre, los ensayos fueron grabados con estas intenciones correctivas. En este caso hasta se justificaría dada la magnitud estrictamente musical que pesa en todo el álbum.

 

EL NUEVO INTEGRANTE

 

Es menester dedicar un párrafo a la consolidación de Tommy Thayer empuñando la primera guitarra en “Kiss Symphony”, y que definitivamente pasa a ocupar un lugar en el altar legendario de las “grandes guitarras de KISS”.

No hay mucho para decir al respecto. Tommy declaró fervorosamente su apasionada idolatría por Ace Frehley como su maestro y mentor musical. Miembro fundador del grupo Black and Blue en los 80, se dedicó durante gran parte de los 90 a emular al Spaceman en la banda tributo “Cold Gin” y por si fuera poco, tuvo la misión para la Reunion Tour de

ser elegido, entre otras cosas, como director musical y coordinador artístico de los 4 originales, incluida la delicada tarea de enseñarle los viejos solos al mismísimo Ace. En una palabra: en Kiss Symphony, Tommy Thayer es Ace Frehley. Para algunos esto será una virtud excelentísima ya que ninguno de los grandes instrumentistas que pasaron por el grupo habían podido emular con precisión sus “yeites” e idiosincrasia (léase el alma musical). Sin embargo para otros, Thayer puede ser considerado el músico más impersonal que haya pasado por la historia de KISS ya que no agrega nada, ni siquiera un mínimo toque de su propia personalidad. Lo que vale decir que si alguien hoy desconociera esta situación, al escuchar “Kiss Symphony” no se daría cuenta que KISS tiene un nuevo integrante.

Quizá al apreciar este detalle, sin querer, dimos con un punto clave. Muy probablemente la emulación perfecta de Tommy  esconda las futuras intenciones de KISS de volver a integrar en algún punto a Ace Frehley, o por el contrario, de tributarlo y mantenerlo en la memoria de los fans de por vida, respetando su legado.

La virtud providencial de la inclusión de Thayer en combinación con el toque “mainstream 70’s” de Peter Criss es que la banda ha mantenido el espíritu y la rigurosidad vigorosa de la alineación original, rescatándola y poniéndola en vigencia por sobre la abigarrada nostalgia de los años dorados.

 

LOS DETALLES

 

En términos instrumentales Peter Criss está mejor que nunca en lo que va de la reunión, se lo escucha con soltura, se adapta perfectamente a todas las épocas de KISS, y lo saludable es que mantiene un groove preciso y vital para los tiempos que corren. Como rareza destacada, podemos agregar que es la primera vez que apreciaremos al Catman tocar en vivo canciones como “Sure Know Something”, “Shandi”, “Forever” o “Goin’ Blind”.

Paul Stanley sigue siendo, por momentos, el músico excluyente de este KISS actual. Bases de guitarras sobrias, vocalizaciones de incisión emotiva que harían erizar hasta los pelos de un muerto. La versión de “Strutter” o “I was made” presenta al Starchild en toda su dimensión vocal aplicando rangos agudos excepcionales.

Gene, por momentos se ubica en un discreto segundo plano, dando un contrapunto interesante a su legendario papel de Demonio cuando interpreta canciones como “Goin Blind” o “Great Expectations” que atenúan su tradicional envestida teatral. De hecho, no queda muy claro hasta qué punto puede ser atractivo ver a los alter-egos sentados en banquetas con todo el esplendor de los maquillajes, tocando un set acústico. Es uno de los puntos de contradicción que afortunadamente es superado por la magia envolvente que nos destila la musicalidad del cuarteto. Claro, ni la rutinaria “Calling Dr.Love” ni el solo de bajo preludio de “God of Thunder” faltarán en las grabaciones; la KISS ARMY espera que los buffers chorreen sangre alguna vez.

Otro dato curioso es que Gene ha interpretado la letra primitiva de “Great Expectations”. Para aquellos que han obtenido el demo verán que Simmons originalmente compuso la canción nombrando a cada integrante en cada estrofa aunque cuando vendría el turno de citar a Ace ( o a Tommy en este caso), allí el astuto Demon aplica la letra del álbum.. “we are playing guitar...”, lo cual marca..¿otra señal en espera del original Spaceman?

Más curiosidades: Tommy Thayer hace coros y canta una línea completa él solo en “Shout it out loud”. La parte que le tocaría a Ace sobre el final de la canción cuando solía vociferar: “C´mon, everybody shout it out!!”; en esta ocasión dejaron a Tommy para que lo hiciera, al menos Gene y Paul fueron sabios y cedieron 1 segundo 44 milésimas de su tiempo para permitir a Tommy tener un momento personal e histórico en un álbum de KISS.

Otra particularidad interesante en el plano netamente musical es que a lo largo de su carrera KISS bastardeó la afinación musical tocando un semitono abajo del orden preestablecido, sin embargo para este proyecto tuvieron que adecuarse al convencionalismo clásico para encuadrar el ensamble orquestal. Paul lo explicó una vez para Guitar Player: “Nosotros habíamos decidido con Gene que íbamos a afinar más abajo para poder coordinar nuestras voces, ya que los dos somos de voces graves y bajas y los tonos altos siempre nos traían problemas, entonces habíamos tomado esa determinación desde el inicio de KISS. Sabíamos que cuando nos quisieran imitar muchos iban a estar en problemas tratando de encontrar los tonos adecuados”.

Otro detalle mínimo pero que merece ser evocado es el cambio de estrofas en “Goin’Blind” donde se agrega una línea de lo que fue la composición original a fines de los 60’s cuando  el tema se llamaba “Little Lady”. En “Black Diamond” ocurre una mínima y sutil transacción de las preposición “my” thumb por “their thumb” como si Peter aludiera a Paul en la canción.

 

EN CONCLUSION

 

El 22 de Julio fue la fecha del regreso de KISS a las bateas, y está bien dicho el término porque luego de discutir las diferentes ediciones con BMG (la nueva cía que signa a Sanctuary), programaron varios ítem diferentes en la edición. Por ejemplo "KISS Symphony" se editó en formato vinilo (long plays) para 10.000 afortunados coleccionistas. También se lanzaría como doble-CD normal y la edición de 50.000 copias limitada especial (digi-pack) incluía un póster que se vendió con una semana de anticipación al lanzamiento oficial.

“KISS Symphony” inobjetablemente aporta “una nueva página para la Kisstoria”, con peso propio, presentando variantes inesperadas como la conformación de una nueva alineación y el nacimiento de una compañía discográfica propia. Cuando los pronósticos indicaban que concluían su carrera, la reaparición del grupo con esta nueva producción y la realización de una exitosa gira con Aeroesmith, todo parece indicar –paradójicamente – que están recomenzando. Lo cierto es que  KISS encontró una vez más la manera original de reciclarse, quizá hoy sea éste el sabio oficio de Stanley Simmons.

En cuanto al plano artístico, una banda de rock acompañada de violines y orquesta no es algo nuevo para KISS. “Destroyer” o “The Elder” fueron ejemplos de la combinación tangencial entre lo sinfónico y el glam rock de los neoyorkinos, y eso sin el agregado del trabajo solista de Gene que recurre a muchos adornos orquestales, o el de Peter, aunque el que más incursionó en este terreno fue Paul Stanley al desarrollar una experiencia notable como performer clásico en el musical de Andrew Lloyd Weber: “The Phantom of the Opera”.

En fin, la conclusión final es que KISS irrumpe con vigencia en el siglo XXI, ahí nomás con un pie sobre la frontera entre lo actual y la nostalgia de pasar “sin retorno” a la galería de los viejos dinosaurios del rock.

 

Matias Repetto

(Agosto – Octubre 2003)