Por Shirley Halperin

Imagínense esto: Springfield, Virginia, 1976. Un niño flaco con el pelo castaño enmarañado en una bicicleta amarilla trae a su casa una copia del álbum Destroyer, su primer disco de KISS. Todo el mundo recuerda su primer disco de KISS, y así es como recuerdo el mío.

Hasta ese momento, habían sido principalmente los Beatles y Carly Simon, tal vez un poco de Phoebe Snow, en '10cc. Pero la portada del álbum fue suficiente para hacer que rompiera mi alcancía en mil pedazos y juntara suficiente dinero cortando césped para dárselos directamente a Paul Stanley y Gene Simmons.

Con anticipación nuclear, dejé que bajara la púa en esa legendaria intro de "Detroit Rock City", quizás la más grandiosa introducción a cualquier álbum de rock jamás registrado. Llenaba mis altavoces y mi imaginación. Treinta y cuatro minutos y 27 segundos más tarde, KISS había llenado mi alma. Ahora yo era miembro del infame ejército de KISS.

En poco tiempo, mi habitación se había convertido en un fucking santuario. Pósters de estos cuatro monstruos musicales alineados en mis paredes, figuras de acción y los álbumes de KISS llenaron mis estantes. Me convertí...

Cada mañana, me despertaba en mi pequeña habitación y echaba un buen vistazo a mis superhéroes antes de caminar para la escuela. Me guiaron a través de esos años y, finalmente, me inspiraron a seguir este sueño descabellado de convertirse en un músico profesional de rock.

Cien millones de álbumes. Cien millones de fucking álbumes. Éxitos innumerables, asistencia a conciertos sin precedentes. Incluso hicieron un disco de aspecto cool con "I Was Made For Lovin You". Levanta la mano si tú puedes decir lo mismo.

Recuerdo la radio KISS, que acaban de mostrar en la pantalla - Estoy tan feliz de que realmente tengan remanentes de esta obra maestra de la tecnología. Me acuerdo de los anuncios de las radios de KISS en la televisión - "¡Oye todas tus canciones favoritas de KISS en tu radio oficial de KISS!" Me imaginaba que era una pieza futurista de tecnología y mi enlace directo a mis dioses musicales, así que pedí una para pagar por contra reembolso, sin siquiera pedir permiso a mi madre que era una maestra de escuela.

Nunca olvidaré el día en que llegó. El cartero llamó a la puerta, mi madre echó un vistazo y dijo: Yo no encargué esto. Y lo envió de regreso.

Cuarenta años más tarde, mi amor por KISS es todavía fuerte. Y en estos días todavía me paso todas las mañanas antes de ir a la escuela, con Paul Stanley... en el estacionamiento de la escuela primaria de nuestros hijos, charlando sobre Zeppelin, Electric Lady y de recaudar fondos para la escuela. Así que yo diría que mi sueño no razonable sin duda se hizo realidad. Y finalmente conseguí mi radio KISS - que es la radio AM más barata que he visto en mi vida! Con el logotipo de KISS en ella. Bien hecho, Gene.

Así que sin más preámbulos, es para mí un gran honor decir que: ¡¡¡Querías lo mejor, y tienes lo mejor!!! ¡¡¡La banda más caliente del mundo - KISS!!!